Chile/ "Ninguno de los dos proyectos interpretó las necesidades de la gente". [Michelle Hafemann - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Dic 22 09:47:57 UYT 2023


  _____  

Correspondencia de Prensa

22 de diciembre 2023

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain en montevideo.com.uy> germain en montevideo.com.uy

  _____  

 

Chile

 

Con la politóloga Michelle Hafemann sobre el proceso constitucional

 

«Ninguno de los dos proyectos interpretó las necesidades de la gente»

 

Según Hafemann, el triunfo de la opción En Contra en el plebiscito del
domingo demostró la desconexión de los partidos chilenos con la sociedad.
Habla, además, del impacto de la votación en el gobierno y en las fuerzas de
ultraderecha.

 

Cristian González Farfán, desde Valparaíso

Brecha, 22-12-2023 

https://brecha.com.uy/

 

Como casi nunca en Chile después de alguna elección, la renombrada Plaza de
la Dignidad, núcleo central de las celebraciones políticas y deportivas, se
hallaba vacía una vez conocidos los resultados del plebiscito constitucional
del domingo. El triunfo de la opción En Contra (55,76 por ciento frente al
44,24 por ciento del A Favor) a la propuesta emanada del Consejo
Constitucional –conformado en su mayoría por miembros del ultraderechista
Partido Republicano– no provocó festejos masivos en ningún sector político,
y más bien prevalecieron la prudencia y la moderación frente al segundo
proceso constituyente que culmina sin una nueva carta magna para el país. El
primero, llevado adelante por una Convención Constitucional paritaria y con
participación de movimientos sociales y pueblos originarios, fue rechazado
de manera contundente el 4 de setiembre de 2022 (38,11 por ciento por el
Apruebo y 61,89 por ciento por el Rechazo).

 

El presidente Gabriel Boric, incluso antes de la votación del domingo, había
adelantado que no habría un tercer proceso constituyente durante su mandato,
aunque ganara el En Contra. De esta manera, luego de un ciclo de
movilizaciones que se inició con la revuelta social de 2019, en Chile se
mantiene vigente la Constitución de 1980, que, si bien ha sido reformada
numerosas veces, es señalada por sus críticos como la madre de todas las
causas que hace cuatro años hicieron estallar el malestar de la sociedad
chilena contra todo el establishment.

 

A la vez, la derrota electoral supuso un duro golpe para el Partido
Republicano, cuyas ideas quedaron plasmadas en el texto que se sometió a
plebiscito y que fue duramente impugnado por sus ideas conservadoras y
antiderechos, sobre todo para las mujeres. Por eso, el concepto que más
proliferó en las redes sociales tras la votación fue «no ganamos nada, pero
estuvimos a punto de perderlo todo». De los resultados del domingo y de las
proyecciones que se pueden hacer a la luz de este nuevo proceso
constituyente trunco habló con Brecha la politóloga chilena Michelle
Hafemann, académica en Ciencia Política de pregrado y posgrado de la
Universidad de Chile, de posgrado en la Universidad Adolfo Ibáñez e
integrante de la Red de Politólogas de Chile.

 

—¿Cómo lee los resultados del plebiscito del domingo?

 

Al leer la desagregación de los datos, podemos ver que hubo un porcentaje
importante de mujeres menores de 34 años que habrían votado En Contra. No
podemos leer qué pensaron esas mujeres al momento de votar, pero sí podemos
suponer que el proyecto era muy conservador respecto de los derechos de las
mujeres. Hubo muchas críticas sobre el contenido, ya que decía que protegía
la vida del que está por nacer, y eso abría la puerta a desmantelar la
política pública del aborto en tres causales. También se retrocedía mucho en
democracia paritaria. Y pese a que la elección de miembros del Consejo
Constitucional fue efectuada bajo normas de paridad, ni el borrador del
Comité de Expertos (un anteproyecto que se presentó ante el Consejo
Constitucional) ni el proyecto de nueva Constitución contenían ninguna vez
la palabra paridad. El análisis macro es que se reafirma la idea de que hay
una lectura errónea del sistema de partidos políticos respecto de qué es lo
que quiere la gente. El primer proceso estaba muy a la izquierda y fue
rechazado, y ahora había uno muy cargado a la derecha y también fue
rechazado. Eso me da a entender que ninguno de los dos proyectos logró
interpretar o proponer un texto de carta fundamental alineado a las
necesidades de las personas.

 

—¿Percibe un cierre del ciclo de las movilizaciones de 2019 con lo que acaba
de ocurrir el domingo?

 

Eso es difícil anticiparlo. Hay analistas que dicen que como no se aprobó la
Constitución, que era la finalidad de este ciclo de movilización, entonces
vamos a tener otro estallido. Pero en 2006, cuando se reactivaron los
movimientos sociales en Chile, estábamos en constantes ciclos de protestas.
La movilización ciudadana es como una ola. Y ahora estamos en el valle. No
hay movilizaciones en los espacios públicos, pero eso no quiere decir que no
pueda volver a haber. Hay personas que, si bien apoyan las demandas, se
tienden a alejar cuando las protestas se tornan violentas. Pero los
movimientos sociales tienen ciclos. El movimiento feminista tiene un siglo
de existencia, y se activa y desactiva periódicamente.

 

—Ahora bien, ¿cómo se debería sentir el ultraderechista Partido Republicano
frente a la derrota del domingo? Lo pregunto porque este partido primero
quería mantener la Constitución vigente y terminaron redactando la propuesta
ahora rechazada.

 

Uno de los fenómenos más interesantes de este proceso es la dinámica que se
produjo entre la derecha convencional chilena (Chile Vamos) y la extrema
derecha (Partido Republicano y otros sectores no institucionalizados). Hubo
una dinámica de colaboración en el Consejo Constitucional y ahora vemos que
se está produciendo un choque entre ambas visiones. Los republicanos
cometieron el error de caer en el exitismo que producen los resultados
electorales. Interpretaron ese 34 por ciento que obtuvieron en la elección
de consejeros como que un 34 por ciento de la población apoyaba sus ideas.
Pero dejaron de estudiar una variable de interés: el contexto. El contexto
en que se eligió el Consejo Constitucional era sobre un desprestigio del
proceso anterior, que era refundacional. Pero no leyeron ese contexto.
Creyeron que el 34 por ciento apoyaba su programa, su posición en materias
de género, de modelo económico y de modelo de sociedad, ya que incluían a la
familia como base de la sociedad. Ahí cometieron un error. Se entusiasmaron
con los resultados electorales.

 

Por otro lado, creo que lo que está por venir será definitorio de cara a las
elecciones municipales y presidenciales. El Partido Republicano le echa la
culpa a Chile Vamos de haber tenido que ceder en la discusión en el Consejo
Constitucional. Ahora se verá si la derecha, en tanto fuerza política de
oposición, será capaz de superar esas diferencias. Claramente tienen más
opciones si van juntos que separados. De todos modos, fue impresionante ver
a un partido de la derecha convencional, como la Unión Demócrata
Independiente (UDI), que se había alejado de ese tema de la familia, entrar
en una espiral incluso de reivindicación de la dictadura. Ahora vamos a ver
si la UDI vuelve a esa moderación programática de los últimos años o se
mueve estratégicamente al extremo para enfrentar las presidenciales.

 

—¿Cree que se debilitó el liderazgo de José Antonio Kast (líder y fundador
del Partido Republicano) de cara a las presidenciales?

 

Sí, no sé si de cara a las presidenciales. Pero pienso que sí, porque el
mejor escenario para Kast habría sido cerrar este proceso ahora y enfrentar
las elecciones así. Pero en el transcurso de este proceso se le quebró el
partido. Hubo gente que salió más a la derecha que los republicanos. Y Kast
no fue capaz de alinear como líder a sus élites tras la opción del A Favor.
Lo obligaron a lidiar con Chile Vamos y le dijeron que le hizo el juego a la
izquierda. Evidentemente en el camino político Kast sale desfavorecido y
esta derrota electoral lo golpea.

 

—Y, desde la otra vereda, ¿cómo debiera leer el gobierno los resultados? Se
dice que el plebiscito le dio un segundo aire a Boric. ¿O la derrotada es
toda la clase política? ¿Alguien podría sentirse airoso tras este domingo?

 

Yo creo que quienes estábamos preocupados por el contenido de esta propuesta
podemos sentirnos tranquilos y aliviados, porque no se aprobó. Muchas
politólogas feministas teníamos real preocupación por el desmantelamiento de
las políticas públicas. Espero que el oficialismo no cometa el mismo error
de los republicanos y se pongan demasiado exitistas y celebren, o
interpreten este resultado como un respaldo al gobierno y un rechazo al
Partido Republicano…

 

—Al menos el discurso de Boric no fue así.

 

Claro, Boric fue bastante moderado, hizo lo correcto. Llamó a alcanzar
acuerdos porque la agenda legislativa está totalmente bloqueada. En los dos
años que lleva, casi no hay avance en las materias que el gobierno había
puesto como prioritarias en su programa. Entonces estuvo bien que dijera que
ahora vamos a legislar sobre las políticas públicas sociales que la gente
está demandando. Espero que el resto del oficialismo lo interprete así.
Porque del otro lado han dicho que esto es una ratificación de la
Constitución del 80.

 

—¿Es antojadiza esa interpretación?

 

Pero claro que sí. El que fue el gran vocero del En Contra, Francisco Vidal
[ministro durante el gobierno de Ricardo Lagos y el primer gobierno de
Michelle Bachelet], dijo que a la Constitución del 80 le habían quitado el
último gran candado: la reforma de los 2/3 [ahora el cuórum para reformar la
Constitución es de 4/7]. Tampoco la Constitución del 80 salió fortalecida.
Lo que ocurrió fue que se rechazó este proceso. También leí que se acababa
la ultraderecha, y eso no es así, porque este proceso dio espacio a que
surgiera un nuevo referente político más a la derecha que los republicanos.
Además, para mí, estos dos procesos no son un fracaso, sino un éxito. Han
sido dos instancias que se llevaron a la votación y eso es bastante inusual.
Por lo general, las propuestas que surgen no pasan por un plebiscito. Chile
tuvo dos instancias de plebiscito, con una participación altísima en la
votación.

 

—¿Siente ahora que volvimos a un punto cero de las movilizaciones, al
mantener la Constitución del 80? ¿O hemos ganado algo en este ciclo de
cuatro años?

 

Es una buena pregunta y es una pregunta difícil. Parecería que volvimos a
cero, al 17 de octubre de 2019, un día antes del comienzo de la revuelta.
Pero los problemas sociales se han profundizado, hay mayor desempleo, un
encarecimiento de la vida. No volver a ese punto cero depende de cómo los
actores políticos se hagan cargo de las demandas de las personas.

 

—¿Será que ningún sector político ha sido capaz de capitalizar este
descontento que se manifestó a partir del 18 de octubre?

 

Sí, nuestro sistema de partidos políticos está desconectado de la realidad
de la sociedad. Antes los partidos políticos tenían sedes en su barrio y
eran parte del canal de vinculación de las personas. Había comunicación con
los territorios, para subir esas demandas a la esfera política y
transformarlas en políticas públicas. Hoy existe muy poco de eso en Chile.
Falta construir esa conexión entre quienes toman las decisiones y las
personas que son afectadas por esas decisiones.

 

—Ahora bien, ¿siente que hay una estrategia premeditada de la derecha de
obstruir las reformas del gobierno? Un día después del plebiscito, el
presidente hizo un llamado a trabajar por una reforma clave –las pensiones–
y ya hay voceros de la derecha que hablan de «no ceder ni un centímetro».

 

Sí. Todos los gobiernos tienen la «luna de miel» de los primeros 100 días en
que la oposición se retrae de cierta forma y deja que el gobierno se
instale. Pero, cuando Boric asumió, la primera semana ya había iniciativas
en contra, no hubo luna de miel. Ahora será resorte de los ministros hacer
el enlace con la oposición para buscar puntos de encuentro, y seguramente
eso va a exigir una moderación programática del oficialismo. Van a tener que
negociar, si no, tendremos dos años más de bloqueo legislativo.

 

—Por último, ¿avizora que se pueda retomar en el futuro un nuevo proceso
constitucional o eso es caso cerrado?

 

Es difícil en la ciencia política hacer futurología, pero sí podemos decir
que el cambio constitucional es una demanda que empezó desde el mismo 1980.
No me extrañaría que esto se extendiera diez o 20 años más y que fuera un
tema latente. Pero ahora lo que se lee en la ciudadanía es un hastío con el
tema constitucional. Y la petición es abocarse a lo que es prioritario,
sobre todo la seguridad pública. Me imagino que en otro momento podría
resurgir el tema, pero en este mandato no vamos a tener un nuevo proceso
constitucional.

  _____  

 



-- 
Este correo electrónico ha sido analizado en busca de virus por el software antivirus de Avast.
www.avast.com
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20231222/6e59ec3c/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa